Apuntes para un programa de goberno:
Publicado na páxina da Plataforma pola defensa da sanidade pública de Asturias
¿Hemos aprendido algo de NorthKarelia? ¿Una estrategia “olvidada” en el siglo XXI?
El BMJ  ha publicado recientemente
 la experiencia de NorthKarelia una estrategia poblacional de prevención
 primaria, desarrollada durante 40 años, cuyo objetivo era reducir los 
principales factores de riesgo (tabaco, colesterol sérico y presión 
arterial sistólica) asociados a la mortalidad cardiovascular, los 
resultados fueron impresionantes con disminución de la mortalidad 
cardiovascular de la población en el 73% (el 80% en hombres), un logro 
sin precedentes.
Los datos – recogidos sistemáticamente cada 5 años – mostraron una 
reducción sostenida de los tres factores de riesgo (excepto el 
colesterol sérico que aumentó ligeramente  entre 2007 y 2012). En 40 
años, la mortalidad por enfermedad coronaria disminuyó de 643 a 118 
muertes en hombres y de 114 a 17 en mujeres por 100.000 habitantes. En 
los 10 primeros años la caída de la mortalidad fue casi del 50% del 
total del estudio.  Con posterioridad a la primera década, se 
implementaron medidas de prevención secundaria como la aspirina, 
betabloqueantes, IECAS o estatinas, y más tarde  la cardiología 
intervencionista que se expandió al final de los años 80. Por tanto, los
 resultados de la primera década se explican por la prevención primaria,
 pero a partir de entonces hay que incluir el beneficio adicional de la 
prevención secundaria. En todo caso, de acuerdo con la OMS, la 
prevención primaria es la estrategia principal para reducir la carga de 
enfermedad y la mortalidad de la enfermedad coronaria.
La epidemia cardiovascular
 se inició en los EEUU en los años 1930 y se propagó al Oeste de Europa 
después de la segunda guerra mundial. Los estudios epidemiológicos 
(British Medical Doctors Study, Framingham Study, and Seven Countries 
Study) han identificado los factores de riesgo: tabaquismo, colesterol 
elevado e hipertensión. Aunque la mortalidad coronaria ha disminuido en 
la mayoría de los países industrializados occidentales, mientras se 
incrementa en los países en transición, persiste globalmente como una 
causa común de muerte. De hecho, es la primera causa de muerte, si se 
exceptúa el continente africano. De los 54.9 millones de muertes 
ocurridas en el mundo en 2013, 17.3 millones (31%) correspondían a 
enfermedades cardiovasculares.
La mortalidad por enfermedad coronaria empezó a incrementarse en 
Finlandia en la década de 1950. A finales de los 60, Finlandia tenía la 
mayor mortalidad del mundo (especialmente en la parte Este del país) con
 una prevalencia del tabaquismo del 53% . El colesterol era 
extremadamente alto, cerca de 7 mmol/L de promedio y más del 90% tenían 
niveles por encima de 5 mmol/L. En el caso de Finlandia, la obesidad no 
era un problema demasiado relevante de salud pública, aunque si lo era 
el alcohol, pero su rol es controvertido con respecto a la enfermedad 
coronaria.
Cuando Puska fue a North Karelia, ya había algunos estudios 
internacionales que mostraban que la dieta y el tabaquismo estaban 
conectados de alguna manera con la enfermedad coronaria. El tabaco ya 
era un culpable conocido, mientras que Ancel Keys, un fisiólogo de la 
Universidad de Minnesota, había promovido la hipótesis, todavía 
controvertida en la comunidad científica, de la asociación entre el 
consumo de productos animales y las grasas saturadas con la obstrucción 
arterial y las enfermedades del corazón. El estudio de “los siete 
países”, diseñado por el epidemiólogo Henry Blackburn,  mostraba un 
patrón por el que cuanto más al norte, las personas consumían más 
productos de origen animal y sufrían más ataques cardiacos. Justo lo 
contrario de lo que ocurre con la dieta mediterránea.
LA ESTRATEGIA DE PUSKA: En vez de intentar convencer
 a los habitantes de Karelia para cambiar sus hábitos y difundir las 
virtudes de la dieta mediterránea,  el equipo de Puska trazó un plan 
para modificar el entorno social que les llevaba a este tipo de dieta. 
De nada sirve tener el mejor programa para reeducar a la población en 
materia de alimentación si ésta no tenía posibilidades de cambiar la 
dieta. Es decir, se puede educar a la gente para que coma sano pero si 
no tienen acceso fácil a la comida saludable, el programa será un 
fracaso.
Inspirado por el profesor, Everett Rogers, Puska fue de pueblo en 
pueblo reclutando “líderes de opinión”, porque la mejor manera de 
desencadenar un cambio cultural es de abajo hacia arriba. En total, 
reclutó a unas 1.500 personas, mayoritariamente mujeres, que eran las 
que cocinaban. Cada líder de opinión tenía una tarjeta de identificación
 y manejaba mensajes sencillos sobre la reducción de la sal y la dieta, 
con los que debían de hablar con sus amigos y los círculos más próximos.
 Las conferencias y las charlas se convocaban con la colaboración de 
todas las organizaciones locales, y en primer lugar de las asociaciones 
de mujeres. Las recomendaciones eran rebajar la cantidad de sal, 
sustituir la mantequilla por el aceite de oliva y la carne por las 
verduras. Cada persona tenía que recomendar a todas las personas de su 
entorno las ventajas de la dieta mediterránea y compartir las recetas 
que Puska les había facilitado.
La sede del Proyecto Karelia del Norte está en el sexto piso de un 
edificio de ladrillo, en la laza del pueblo. Cuatro pequeñas oficinas 
que guardan los registros. Vesa Korpelainen es un hombre alto, serio con
 una camisa a cuadros rojos, que ha trabajado sobre el terreno con Puska
 desde hace muchos años: “En nuestra estrategia la participación y la 
comunicación con vitales” y hay que trabajar con las personas en el 
mismo nivel en el que las personas se encuentran. “Tenemos dos consignas
 que impulsan nuestro trabajo:” la comunicación cara a cara” y el 
“interés común” (hacer ver que el proyecto responde al interés de 
todos).
Quizás, como era de esperar, la reacción inicial de los empresarios 
fue negativa y respondieron con ataques a Puska, invirtiendo grandes 
cantidades de dinero en una campaña de desprestigio. Ninguna de las 
empresas estaba interesada en una versión más saludables de sus 
productos. ¿Por qué arriesgar sus beneficios? De hecho, la poderosa 
industria láctea se defendió, sacando anuncios que golpeaban el 
proyecto. Sin embargo, la campaña y los anuncios empresariales no 
obtuvieron resultados, incluso fueron contraproducentes para sus 
promotores, ya que provocó un debate público sobre la relación entre los
 productos lácteos y las enfermedades del corazón. La industria se vio 
obligada a ceder. A veces, como ocurrió con un desafiante fabricante de 
salchichas, después de haber sufrido el propio empresario un ataque 
cardiaco.
EL ENTORNO: el tabaquismo. El proyecto también tuvo 
éxito contra el tabaquismo. Se tomaron medidas legislativas declarando 
espacios libres de humo a los lugares de trabajo y otros espacios 
públicos; se proporcionaron programas para dejar de fumar. De unas tasas
 de fumadores del 52% en 1972 se pasó al 29% en el año 2012, actualmente
 una de las más bajas de Europa.
UNA ESTRATEGIA GANADORA. Una visita a una tienda de comestibles de Joensuu
 (capital de Karelia del Norte), nos muestra que los pasteles están 
endulzados con xilitol (un edulcorante de la savia de abedul) o 
elaborados con sucedáneos de la mantequilla. En el mercado, hay 
múltiples puestos de vendedores de bayas y setas silvestres. En los 
restaurantes, las ensaladas están destacadas y los refrescos se sirven 
en vasos pequeños y los clientes tienen que pagar los recargos 
correspondientes.
Fuera de Joensuu, un leñador, Mauno, y su mujer, Helga, nos invitan a
 comer en su casa. El almuerzo es pan de centeno y sopa de verduras, con
 guarnición de pepinos y tomates. Mauno sufrió hace años un ataque al 
corazón, y la cirugía de emergencia de revascularización coronaria le 
salvó la vida. Le preguntamos cómo había cambiado su estilo de vida 
desde entonces. “Oh, no hemos cambiado nada.” Dijo Helka, su mujer. 
“¿Desde cuándo tomáis sopa de verduras?”, Preguntamos. Ella confesó que 
no tenía ni idea. Un comentario que resume todo el Proyecto Karelia del 
Norte: Se ha cambiado el estilo de vida de las personas, sin que las 
personas apenas se den cuenta.
Pekka
 Puska, profesor y ex director general del Instituto Nacional de Salud y
 Bienestar de Finlandia, entrevistado en su oficina de Helsinki en una 
fría tarde de junio no hace mucho tiempo. Puska se retiró recientemente 
como director de prevención de las enfermedades no transmisibles de la 
Organización Mundial de la Salud. “En mi juventud era muy activo en la 
política estudiantil, era el momento para pensar que podía cambiar el 
mundo”. Sin embargo, Puska ha cambiado cosas muy importantes, con logros
 casi milagrosos como demuestra la caída de la tasa de mortalidad de la 
enfermedad coronaria en la población de Karelia del Norte en un 73 por 
ciento con aumento de la esperanza de vida para los hombres de siete 
años y de seis para las mujeres.
Karelia del Norte ha cambiado el medio ambiente, su dieta y sus 
hábitos, reformas casi invisibles pero con una espectacular mejora de la
 salud de la comunidad.
¿Son viables estas estrategias en el mundo occidental en el siglo XXI? En
 un mundo en el que la economía de la salud  y sus principales actores: 
las empresas farmacéuticas y tecnológicas, los hospitales y los médicos,
 dependen en gran medida de que las personas enfermen. Desde
 la experiencia de Pekka Puska en Karelia del Norte, sabemos que los 
entornos saludables son determinantes, con un gran potencial y eficacia 
en salud, que además se pueden medir. Entre otras cosas porque el 
entorno puede producir salud y ayudarnos a tomar las decisiones 
correctas haciendo fácil la opción saludable.
 
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